Mallorca

Mallorca, isla mediterránea de caliza blanca, verdes pinares y aguas turquesa.

Ahora que estoy de vacaciones y tengo un poco más de tiempo quiero ver si me pongo al día con el blog, que tengo material para un par de entradas todavía. Hoy toca subir las fotos de nuestra estancia en Mallorca.

Dors_seldon y yo estuvimos en la isla balear a finales de mayo de 2018. Íbamos buscando calas de aguas turquesas y paisajes mediterráneos de caliza y pino. Los encontramos, qué duda cabe. Pero bajo la lluvia.

A ver, tampoco fue para tanto, sólo que no esperábamos nubes de evolución con chubascos ocasionales para casi principios de junio. Aún así, disfrutamos mucho del viaje, y al menos un par de días (o medios días) tuvimos un tiempo soleado que nos permitió disfrutar de la playa.

Catedral de Mallorca

De primeras, recorrimos la parte histórica de la ciudad de Palma, empezando por su impecable catedral gótica al borde del mar. Es increíble la luz que el Mediterráneo le da a esta ciudad.

La catedral es preciosa, y las intervenciones que A. Gaudí hizo en su restauración son impresionantes, como no podía ser de otra manera.

Además de la catedral, también es muy agradable el paseo por los alrededores, las playas de la capital o el Castillo de Bellver, al que no llegamos a entrar porque íbamos un poco apurados de tiempo.

En palma alquilamos un coche para poder movernos por la isla. Las carreteras, cuando no tienes prisa y no están atascadas de gente, son deliciosas, y te dejan algunas imágenes como éstas:

Visitamos algunas playas muy espectaculares, como esta cala de Sa Calobra, donde los acantilados de caliza blanca coronados de bosque mediterráneo se bañaban en un agua cristalina. Evidentemente no fuimos los únicos en tener la maravillosa idea de visitar esta cala, y por ponerle alguna pega, el punto negativo de la isla es la masificación.

Era realmente asombroso presenciar los autobuses de turistas (como nosotros) accediendo a las playas por esas carreteras imposibles, retorcidas sobre sí mismas para poder salvar el desnivel de los acantilados con pendientes asumibles.

Ese zigzag blanco es la carretera
.

Desde Sa Calobra fuimos a ver la zona del Cabo Formentor y el Puerto de Pollensa. Vistas espectaculares y un paisaje singular.

Nos cayó la tarde y pudimos disfrutar de un espectacular atardecer donde la bruma y las nubes bajas se entremezclaban filtrando los rayos del último sol. Una pasada.

Y aunque vimos más lugares estupendos, el tiempo no nos acompañó, así que en lo fotográfico lo vamos a dejar aquí. En cualquier caso, es un destino recomendado. ¡Viva el Mediterráneo! 😀

Un comentario en “Mallorca”

  1. he visto tus fotos y tus viajes. estupendo todo y precioso,. y sobre todo me gusta lo de ir descalzo. yo también lo practico. pero somos pocos en esto. este verano lo practique por Conil y Vejer en Cádiz. yo solo. no encuentro amigos que me acompañen en la locura. un saludo

Deja un comentario