Aunque sea con un poco de retraso, no quería dejar de escribir sobre un evento al que asisto anualmente: el Cáceres Irish Fleadh. Un «fleadh» (se lee «fla», en gaélico irlandés) es una fiesta, una especie de festival… de música irlandesa. Y eso es justo lo que que se organiza en Cáceres el primer fin de semana de cada noviembre.
Con un entorno inmejorable, la ciudad acoge en su casco histórico una serie de actividades que, para los amantes de la música tradicional irlandesa (sí, los hay, y muchos más de lo que parece en un principio), son la única manera de poder estar en contacto con las raíces de este tipo de música sin necesidad de viajar a la isla esmeralda.
En primer lugar, lo que podemos encontrar son conciertos. Conciertos de primeras espadas de la música tradicional irlandesa, como Dervish, Martin Hayes, Michael McGoldrick… Este año, por ejemplo (y entre otros), han asistido Téada, Martin O’Connor, y un grupo «paralelo» de Cathy Jordan (cantante/bodhraner de Dervish) llamado «The Unwanted». Pese a que son los más punteros en su estilo musical, son intérpretes y grupos que, dado lo exclusivo de esta música, es muy difícil que vayan de gira y te los encuentres en tu ciudad o en las cercanías (aunque siempre hay excepciones, claro).
Por otro lado, están los talleres. Si ya es un gustazo simplemente escuchar en directo a todos estos artistas (¡y además gratis, en la Plaza de San Jorge!), tener la oportunidad de asistir a un taller con ellos es todo un privilegio. En estos talleres cada intérprete enseña a los asistentes trucos, técnicas, etc. para sacarle partido a su instrumento. Y con esto llegamos a la última parte (y no por ello menos interesante; ¡al contrario!) de lo que se cuece en Cáceres: las «sessions» o sesiones.
Al Cáceres Irish Fleadh los asistentes (no sólo los artistas) van con sus instrumentos: uilleann pipes, whistles y flautas, violines, bouzoukis, guitarras, concertinas y acordeones diatónicos, bodhrans… ¿Y que se hace con ellos? Pues usarlos, lógicamente. Tocarlos en las sessions, que son reuniones de músicos en un bar entorno a unas cervezas; reuniones en las que se interpretan las melodías tradicionales irlandesas o escocesas que todo el mundo conoce, y donde no hay nada pactado sobre quién empieza o quién acaba, o sobre si se tocará rápido o lento, o sobre el orden de los temas o cuáles sonarán (¡hay cientos!). Se improvisa, pues, todo salvo la melodía.
¿Y qué tienen de especial las sessions de Cáceres? Primero, que esos mismos artistas a los que has escuchado sobre el escenario y que luego te han dado clase en los talleres están sentados a tu lado en el bar, tocando codo con codo contigo (a veces, melodías de las que han interpretado en el concierto). Por ejemplo, véase a los chicos de Téada (los dos de la izquierda) en plena session en un local de la Plaza Mayor.
Segundo, que no hay sólo una session, sino varias (¡hasta 5 o 6!) celebrándose simultáneamente en diversos bares del casco histórico. Esto en Dublín será muy común, pero en España no (ni siquiera en Madrid). Como mucho, en algunas ciudades españolas hay UNA session irlandesa a la semana, máximo dos… (se pueden consultar en www.thesession.org). Y en cualquier caso, nunca a la vez.
Y tercero, que puesto que el Fleadh de Cáceres es el único evento en España de estas características, reúne a gente procedente de toda la geografía ibérica, y es un placer estar tocando y compartiendo música e intereses con personas que viven a cientos de kilómetros de ti y que no conoces de nada (¡o que conoces de encontrarte con ellas año tras año! :-D)
Así que si os gusta la música tradicional irlandesa (quizá la rama más fuerte, o al menos más internacional, del árbol la «música celta») no podéis faltar el año que viene. Para más información, pinchad aquí a partir de agosto o septiembre: www.irishfleadhcaceres.com
Y si queréis ver un vídeo sobre el evento hecho por la televisión extremeña, pinchad aquí. Ahí sí que lo cuentan todo todo 😉
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Como posdata, añadir que cuando terminó el Fleadh y volvíamos para nuestras respectivas casas decidimos hacer una parada y visitar un paraje extremeño más que recomendado: Los Barruecos. No me voy a extender mucho, simplemente deciros que el sitio es precioso (al menos en otoño). Aquí os dejo las fotos para que sean ellas quienes lo cuenten todo.