Cáceres Irish Fleadh 2010 + Excursión a Los Barruecos

Aunque sea con un poco de retraso, no quería dejar de escribir sobre un evento al que asisto anualmente: el Cáceres Irish Fleadh. Un «fleadh» (se lee «fla», en gaélico irlandés) es una fiesta, una especie de festival… de música irlandesa. Y eso es justo lo que que se organiza en Cáceres el primer fin de semana de cada noviembre.

Con un entorno inmejorable, la ciudad acoge en su casco histórico una serie de actividades que, para los amantes de la música tradicional irlandesa (sí, los hay, y muchos más de lo que parece en un principio), son la única manera de poder estar en contacto con las raíces de este tipo de música sin necesidad de viajar a la isla esmeralda.

En primer lugar, lo que podemos encontrar son conciertos. Conciertos de primeras espadas de la música tradicional irlandesa, como Dervish, Martin Hayes, Michael McGoldrick… Este año, por ejemplo (y entre otros), han asistido Téada, Martin O’Connor, y un grupo «paralelo» de Cathy Jordan (cantante/bodhraner de Dervish) llamado «The Unwanted». Pese a que son los más punteros en su estilo musical, son intérpretes y grupos que, dado lo exclusivo de esta música, es muy difícil que vayan de gira y te los encuentres en tu ciudad o en las cercanías (aunque siempre hay excepciones, claro).

Por otro lado, están los talleres. Si ya es un gustazo simplemente escuchar en directo a todos estos artistas (¡y además gratis, en la Plaza de San Jorge!), tener la oportunidad de asistir a un taller con ellos es todo un privilegio. En estos talleres cada intérprete enseña a los asistentes trucos, técnicas, etc. para sacarle partido a su instrumento. Y con esto llegamos a la última parte (y no por ello menos interesante; ¡al contrario!) de lo que se cuece en Cáceres: las «sessions» o sesiones.

Al Cáceres Irish Fleadh los asistentes (no sólo los artistas) van con sus instrumentos: uilleann pipes, whistles y flautas, violines, bouzoukis, guitarras, concertinas y acordeones diatónicos, bodhrans… ¿Y que se hace con ellos? Pues usarlos, lógicamente. Tocarlos en las sessions, que son reuniones de músicos en un bar entorno a unas cervezas; reuniones en las que se interpretan las melodías tradicionales irlandesas o escocesas que todo el mundo conoce, y donde no hay nada pactado sobre quién empieza o quién acaba, o sobre si se tocará rápido o lento, o sobre el orden de los temas o cuáles sonarán (¡hay cientos!). Se improvisa, pues, todo salvo la melodía.

¿Y qué tienen de especial las sessions de Cáceres? Primero, que esos mismos artistas a los que has escuchado sobre el escenario y que luego te han dado clase en los talleres están sentados a tu lado en el bar, tocando codo con codo contigo (a veces, melodías de las que han interpretado en el concierto). Por ejemplo, véase a los chicos de Téada (los dos de la izquierda) en plena session en un local de la Plaza Mayor.

Segundo, que no hay sólo una session, sino varias (¡hasta 5 o 6!) celebrándose simultáneamente en diversos bares del casco histórico. Esto en Dublín será muy común, pero en España no (ni siquiera en Madrid). Como mucho, en algunas ciudades españolas hay UNA session irlandesa a la semana, máximo dos… (se pueden consultar en www.thesession.org). Y en cualquier caso, nunca a la vez.

Y tercero, que puesto que el Fleadh de Cáceres es el único evento en España de estas características, reúne a gente procedente de toda la geografía ibérica, y es un placer estar tocando y compartiendo música e intereses con personas que viven a cientos de kilómetros de ti y que no conoces de nada (¡o que conoces de encontrarte con ellas año tras año! :-D)

Así que si os gusta la música tradicional irlandesa (quizá la rama más fuerte, o al menos más internacional, del árbol la «música celta») no podéis faltar el año que viene. Para más información, pinchad aquí a partir de agosto o septiembre: www.irishfleadhcaceres.com

Y si queréis ver un vídeo sobre el evento hecho por la televisión extremeña, pinchad aquí. Ahí sí que lo cuentan todo todo 😉

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Como posdata, añadir que cuando terminó el Fleadh y volvíamos para nuestras respectivas casas decidimos hacer una parada y visitar un paraje extremeño más que recomendado: Los Barruecos. No me voy a extender mucho, simplemente deciros que el sitio es precioso (al menos en otoño). Aquí os dejo las fotos para que sean ellas quienes lo cuenten todo.

 

Festival de Música de Cine en Úbeda

Este fin de semana se ha celebrado, por sexto año, el festival de música de cine de Úbeda. Para los que somos amantes de las bandas sonoras, es una cita ineludible. Reconozco que, de todas las actividades organizadas, yo sólo asisto a una, pero es que sólo con ella ya merece la pena desplazarse hasta allí. Se trata de un concierto, con orquesta y coro, donde compositores de música de cine (nacionales y extranjeros) dirigen sus propias partituras.

Si de por sí es ya un tipo de música bastante espectacular (normalmente se escogen piezas famosas o de mucha grandilocuencia), escucharla en directo e interpretada por sus propios autores se convierte en toda una experiencia. A Hustinetten y a mí se nos pusieron el año pasado los vellos como escarpias desde la primera pieza, y este año ha sido similar.

Abrió el concierto Michael Giacchino (Up, Los Increíbles, Ratatouille, Lost, Medal of Honor…) ataviado con una bufanda de España (por lo visto, vio el final del mundial en Úbeda y estaba con España -cómo no-), así que no sólo disfrutamos con su música, sino también con su presencia, ya que el tío nos demostró ser un guasón! 😀

Aunque se ve que lo de la guasa lo debe dar la profesión, porque casi ningún compositor se quedó atrás en comentarios simpáticos. Supongo que les gustará ver que su trabajo se reconoce estando ellos presentes, y no sólo en la tienda de discos… No sé, lo mismo es frustrante ver cómo algunos cantantes (muchos sin tan siquiera sentido musical) son ídolos de masas mientras que ellos, parte imprescindible de la industria del cine, quedan relegados a un segundo plano. Pero conciertos como estos les dan la oportunidad de recibir, de manera directa, el calor del público, ya que prácticamente todos los compositores consiguieron levantar a la gente de los asientos en alguna (o varias) de sus ovaciones.

Como por ejemplo Dave Grusin, autor de bandas sonoras como «Los Goonies», o «El Estanque Dorado»; un compositor que para mí era completamente desconocido y que me tuvo aplaudiendo como un energúmeno tras escuchar varias de sus partituras. En la foto, sentado al piano junto a Pasión Vega. Que por cierto, chapó por ella también. Qué voz.

También participó en el festival de este año alguien que para mí era uno de los mayores alicientes: Randy Edelman, autor de bandas sonoras como Dragonheart, La Momia – La Tumba del Emperador Dragón, etc. (foto a continuación). ANÉCDOTA: Parece ser que la orquesta de Málaga, la contratada para este año, dio un espectáculo un tanto lamentable durante los ensayos (cuestiones de formas), y que Edelman acabó un poco hasta las narices de ellos… Pues bien, durante su interpretación durante el concierto, los percusionistas estaban ligerante fuera de ritmo, para consternación del compositor, y éste, ni corto ni perezoso, no sólo les llamó la atención con continuas miradas y ademanes, sino que llegó a llevar el ritmo con la voz («One, two!!») durante uno de los silencios de la partitura. No sé, me pareció muy bien que el director se impusiera y dejara claro que los músicos debían mirarlo y hacerle caso, ya que más de una vez he asistido a conciertos en los que los brazos del director y las notas de la orquesta iban desacompasadas durante bastante rato.

En fin, pese a todo, el concierto fue espectacular, y por si nos supo a poco, nos obsequiaron con dos bises fuera de programa; dos piezas de dos grandes, magníficos, compositores ya fallecidos: Basil Poledouris y Jerry Goldsmith. Respectivamente se interpretaron la pieza más emblemática de la banda sonora de Conan, y una más que espectacular y sobrecogedora partitura de la banda sonora de La Profecía 3.

Lo dicho: si os gustan las bandas sonoras, no podéis perdéroslo el año que viene.

Música

Este sábado tuve que desplazarme en coche hasta Sevilla para asistir a la boda de una compañera de la carrera y amiga. Normalmente me aburre conducir, y más por autovía, que es a la vez la carretera más cómoda y más monótona que existe. Así que para no quedarme dormido de sopor al volante me puse a escuchar música. Fuerte. Y una vez más, como me ha ocurrido otras muchas, se me erizó el vello con ciertas piezas, y pensé que debía escribir sobre ello en el blog. Heme aquí.

La música es mi pasión. Toco, compongo y escucho desde hace ya algunos años, si bien es cierto que a causa del trabajo es sólo la última de las actividades la que puedo practicar a diario. Y, pese a las muchas horas de audición, sigo emocionándome y estremeciéndome con algunos temas que para mí son, evidentemente, obras maestras.

Me gusta todo tipo de música, pero tengo especial predilección por las piezas orquestales, especialmente aquellas «grandilocuentes», sobrecogedoras. Una pieza brevísima que consigue ponerme la carne de gallina cada vez que la escucho (sin excepción) es el «preludio» (o la introducción) de la banda sonora de «Hook», de John Williams. No falla: ese comienzo con los violines tocando piano, creando tensión para dar paso al tema de los metales (no sé si es un trombón o una trompa), que luego se repite pero respondido por los timbales, y que por último hace una variación in crescendo acabando en un golpe de orquesta… es, sencillamente, magnífico.

Y este sábado no iba a serlo menos: al escuchar el tema en la radio del coche, un escalofrío me recorrió desde la punta de los dedos hasta el último pelo de la coronilla, haciendo que incluso el contacto de mi cuerpo con el asiento fuera incómodo durante unos segundos. Que una combinación de sonidos pueda hacerme sentir así me parece algo prodigioso. Y si no todo el mundo es capaz de estremecerse con una obra sinfónica, entonces creo poder afirmar que soy un privilegiado, porque, al menos para mí, hay pocas cosas tan emocionantes.

Si alguien se anima, recomiendo una serie de obras orquestales que merecen la pena ser escuchadas:

Empezando por el ya citado John Williams (y la introducción de «Hook»), imprescindible la marcha de Supermán, la marcha de los Juegos Olímpicos del 88, y los temas principales de «Jurassic Park».
De Gustav Mahler, el último movimiento de su sinfonía nº 2. Concretamente las frases corales de los últimos minutos.
De Gustav Holst, «Júpiter».
De L.V.Beethoven, los coros del último moviento de su 9ª sinfonía, aunque hay muuuchas más.
De Rossini, la Overtura de «Guillermo Tell».
De Ennio Morricone, «River», de la banda sonora de «La Misión».
De Vangelis, «Conquest of Paradise», de «1492».
De John Debney, la banda sonora de «Cutthroat Island»; sobre todo el primer tema. Y el último de la de «La Pasión de Cristo».
De J. Hisaishi… casi cualquier cosa.

Y cientos de otras piezas y autores: Wagner, Orff, Tchaikovski, James Newton Howard, Hans Zimmer (magnífica la banda sonora -la parte instrumental, se entiende- de El Rey León, entre otras), Ravel, Shostakovich, Tomás Luis de Victoria…

A veces veo…canciones de La Casa Azul

(Sería mejor decir que las oigo, pero el título de la entrada quedaría muy soso :P)

Pues sí, de vez en cuando oigo una musiquita televisiva, sea el jingle de un anuncio o los arreglos de una versión para una gala casposa, que me hacen pensar inevitablemente en el gran Guille Milkyway. A veces mi intuición está en lo cierto y resulta ser don Guille quien se encuentra detrás de la composición en cuestión. Como hoy, por ejemplo, que he visto esto en la tele:

Mola 🙂

Heart’s Solitude, de Rafa Viúdez.

https://lahermandaddelcuervo.wordpress.com/wp-content/uploads/2008/06/rafa-viudez-hearts-solitude.jpg

Tras un tiempo sin actualizar, os dejo con un tema celta-new age que ha compuesto Rafa Viúdez, quien nos ha dado permiso para ofreceroslo a través de La Hermandad del Cuervo. Rafa toca whistles, teclado y gaita gallega, además de ser integrante de un par de grupos de música.

IMPORTANTE:

Para descargaros el tema, PINCHAD CON EL BOTÓN DERECHO EN EL ENLACE DE ARRIBA Y DADLE A «GUARDAR DESTINO COMO».

Por restricciones del servidor, el archivo que se baja tiene extensión «.JPG» Cuando lo descarguéis, TENDRÉIS QUE RENOMBRARLO de «rafa-viudez-hearts-solitude.JPG» a «rafa-viudez-hearts-solitude.MP3«.

Lo tenéis también colgado en Goear aquí: http://www.goear.com/listen.php?v=e0c4a7a

Si tenéis algún problema, dejad una respuesta y lo intentamos explicar mejor.

Temazos de ayer y hoy: Mola, Guay, ok de The Mockers

Well, I’m going back to España,
Days on the beach and nights in the city.
And when I get there I don’t wanna
Have all the girls think I’m just a guiri.
If you wanna know what I mean
I’m gonna tell you how
Just grab a seat at the end of the bar
And buy me another Mahou.

When I’m lost in the conversation,
And I don’t know what to say,
I just nod my head and I tell them
Mola, guay, ok.

Well, I’m walking through Malasaña
And I got a beer and an Española,
Who only speaks Castellano,
But she thought I was cool when I just said hola.
I learn the phrases and I pick the best ones
From what I hear and read
And even though I don’t know what I’m saying,
They think I’m from Valladolid.

When I’m lost in the conversation,
And I don’t know what to say,
I just nod my head and I tell them
Mola, guay, ok.

I’ve got my Collins de bolsillo,
But it doesn’t tell me what to say.
So I nod my head and I tell them
Mola, guay, ok.

http://www.myspace.com/themockers