«El Unicornio». O «Estampa moña».

Reconozco que soy pelín hortera para estas cosas, pero me encanta la estampa que os acabo de enseñar sobre estas líneas. Iba conduciendo solo camino de «Las Jaras», la urbanización que hay en la sierra de Córdoba en torno al llamado «Lago de la Encantada». Poco antes de llegar, al fondo de una de las curvas de la carretera se divisa un pequeño castañar a la vera de un camino terrizo; camino que, desde la calzada, se adentra en la sierra. Normalmente es una imagen bonita, pero aquella tarde fue algo más que eso.

Esta vez había un par de potros pastando entre los árboles. Uno de ellos era completamente blanco, y la luz rasante del sol de la tarde recortaba su figura sobre una pequeña loma de hierba en sombra, ofreciendo una visión que más tenía en común con el imaginario de la mitología nórdica que con el propio de estas tierras.

Me aparté a un lado de la carretera y me quedé un rato contemplando la escena. Y, cómo no, me decidí a sacar esta foto, gracias a la cámara que casi siempre llevo encima. ¡Nunca se sabe cuándo puede uno encontrar un unicornio en un recodo del camino, paciendo en el bosque!